Introducción
La historia es la herramienta intelectual más poderosa que posee la humanidad; explica el pasado, comprende el presente y proyecta al futuro. Analiza la siguiente lectura y escribe en los comentarios de qué manera la historia ha influido en la construcción de la sociedad mexicana.
¿Por qué hacemos lo que hacemos y
por qué somos como somos?
“El mexicano puede doblarse, humillarse, ‘agacharse’ pero no
‘rajarse’, esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad”. Octavio Paz
En principio, no debemos de olvidar que México es un país
multicultural conformado por cualquier cantidad de naciones (mayas, toltecas,
zapotecos, mixtecos, otomíes, tarahumaras, huicholes, mixes, mayos, yaquis,
chontales, kikapús, purépechas, huastecos, entre otros), naciones sui generis,
que vivían bajo el signo del tributo y del miedo a quienes detentaban el poder.
A eso tendríamos que añadir los grupos que arribaron a nuestras tierras, con
una problemática bastante compleja en la península; donde a base de fuego,
terror y sangre, expulsaron primero a los judíos y luego a los moros.
Luego, habrá que tener en cuenta que muchos de los que llegaron
con Colón a las “Indias” eran buscadores de fortuna; acostumbrados a mentir,
robar, engañar y, sobre todo, a poner de parapeto a la fe para conseguir los
fines trazados. También es importante recordar las disputas cortesanas en
Europa, el papel de la Iglesia con Alejandro VI, la unión de los reinos a
partir de matrimonios arreglados y más. Con todo ese trasfondo se gestó la
conquista. Una mezcla muy peligrosa que dio como resultado la mexicanidad.
A la llegada de los españoles las tensiones sociales que se
vivían entre los diferentes grupos eran evidentes y algunos vieron en ellos una
esperanza liberadora. Cuando los antiguos mexicanos quisieron reaccionar, era
demasiado tarde. El español los había liberado del yugo, en este caso de los
aztecas, para someterlos a otros tratos inhumanos, crueles y tiranizantes que
les impusieron. Se les arrebató absolutamente todo; la cultura, la religión y
las costumbres. Los antiguos mexicanos abandonaron su cultura original por
razones de supervivencia. El mestizaje justamente es eso, la expresión más
nítida de la inclusión en un mundo distinto. La unión del indio con el español
fue una transculturación profundamente dramática. El trato de segunda clase que
experimentó el criollo es otro elemento importante para considerar.
Así al tiempo el mexicano, criollo y mestizo, estará frente a un
conflicto de grandes dimensiones víctima de contradicciones. Oculta su origen y
lo niega, se avergüenza de su cultura, siente temor y ansiedad a ser
descubierto, miente para no ser castigado y reprimido. Habrá que leer a Octavio
Paz en el Laberinto de la Soledad para entenderlo en perspectiva donde afirma
la perdida de “su herencia, lengua, religión, costumbres, creencias”.
Necesitamos identidad. Por eso con Hidalgo, no se busca la
Independencia con respecto a los españoles, se busca la necesidad de afirmación
y rebeldía frente al padre. El objetivo se logró a medias. Al tiempo la
mutilación geográfica de 1847 es otro golpe contra la autoestima, y surge una
nueva dependencia y una nueva figura paterna, los Estados Unidos de Norteamérica
que comienza a tener actitudes de padre posesivo, que reprime y que reclama
según lo que le corresponde. Se reniega de Juárez y la República y se retoma el
malinchismo (admiración de una cultura distinta a la original) en 1862 con la
invitación de Francia, Inglaterra y España.
Esa ha sido nuestra historia, la suplantación de una figura de
autoridad por otra. La llegada de Porfirio Díaz y su dictadura que se extiende
hasta 1910, es otra prueba fehaciente de la necesidad de padre protector que
anduvimos buscando. Una figura que en el dictador se volvió como en el pasado
arbitraria y distanciada del vulnerable. Figura que representa en 1929 el
partido que “hereda” los ideales de la revolución, esa misma que se hizo en
contra Díaz y para continuar con el sometimiento sistemático se creó un partido
corporativista representado por un tlatoani que durante 72 años, con un
intermedio de 12, sigue más vivo que nunca.
Otro elemento para considerar en este ir descubriendo nuestra
identidad, es el papel que ocupa la familia en nuestra personalidad; la
supremacía del padre y el sacrificio de la madre son elementos que dan
respuesta al “por qué somos como somos”. Y a pesar de que afirmamos que el “ser
familia” es un rasgo que distingue a los mexicanos, la idea de familia es sui
generis. Nos alegra que cuando nace una creatura sea niño, en vez de niña. Lo
femenino sigue siendo un mal negocio. La niña debe aprender a cocinar, bordar y
tejer además de mantenerse limpia y bien vestida. El hombre, por su parte,
deberá gritar más fuerte y desaprobará severamente toda demostración de interés
de tipo femenino. El niño debe de parecerse a su padre, debe mostrar valor
hasta ser temerario, agresivo, brusco y sobre todo “no rajarse”. Hay que hablar
de sexo y ser bien macho, ¡ah! y en el estadio hay que dar siempre el grito de
guerra, ese que nos caracteriza a los mexicanos para seguir manteniendo siempre
en alto la virilidad. Hay que defender a las hermanas y no dejar que ofendan a
nuestra abnegada madrecita.
El malinchismo, las leyendas, la lucha libre, el amor a la
madre, los símbolos patrios, su sentido del humor, su capacidad imaginativa, el
influyentismo, la impuntualidad, la fanfarronería, la anarquía, el miedo, la
envidia, el despilfarro, el tirar la basura, el abstencionismo, la susceptibilidad,
la fe guadalupana, la corrupción, el soborno, el nepotismo, la extorsión, la
grilla, la venta de puestos y plazas, el contrabando o la fayuca, los fraudes
al fisco, los aviadores, los mordelones, la explotación de los trabajadores,
los líderes charros, la prensa, la radio y la televisión ad hoc al sistema en
turno, los compadres; en fin, todo eso y “lo que se acumule en la semana”,
conforman la identidad del mexicano; es decir, de una manera general y para no
cometer una falacia por generalización, en mucho así somos los mexicanos
¿Influye o no influye el pasado? ¿Ya se va entendiendo un poco mejor por qué
somos producto de la historia que nos antecede?
El conocimiento de saber quiénes somos como pueblo, constituye
un factor fundamental en nuestro proceso de desarrollo y crecimiento. ¿Quiénes
somos realmente? ¿Porque somos como somos y porque hacemos lo que hacemos? La
herencia histórica y la psicología del mexicano ahí están, no se pueden hacer a
un lado, evidentemente hay cosas buenas, pero hay otras que necesitamos
urgentemente cambiar. Hay experiencias que son loables y hasta dignas de
replicarse. El mexicano es esforzado y aprende rápidamente. Es importante saber
quiénes somos y de que estamos hechos para conocer nuestras áreas de oportunidad,
eso justamente es la autoestima; es la capacidad que tenemos de conocer
nuestros pensamientos, sentimientos, valores. En fin, tener una percepción
correcta de nosotros mismos, nuestros alcances y el valor que cada uno de
nosotros tenemos.
Asumir cada uno las responsabilidades
que tenemos y prever el impacto de nuestras acciones puede contrarrestar la baja
estima social, moral y psicológica que nos ha impedido consolidarnos como país.
Gobiernos, organizaciones, medios, universidades, escuelas, empresas,
iglesias e instituciones en general tendremos que revertir lo que se ha hecho y
con actitud autocrítica saber que hay muchas áreas de oportunidad que nos
pueden hacer responsables de un presente y un futuro mejor para todos.
Fecha límite para enviar tus comentarios: 13 de marzo 2020.